En el mundo se generan millones de toneladas de chatarra electrónica. Ante esto, algunas empresas optan por ofrecer una segunda oportunidad a equipos que pueden seguir cumpliendo sus funciones.
El mundo es testigo de una constante innovación. Las tecnologías están acaparando cada rincón de las labores de las personas y facilitando sus trabajos para optimizar la eficiencia. Debido a esto, cada día se suman nuevos aplicativos, softwares y dispositivos que, si bien aportan, con el tiempo van acumulando desechos que en muchas ocasiones no son bien gestionados.
De acuerdo al Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA), en el mundo se generan más de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos al año. Gran parte de estos no pasan por un proceso óptimo de reciclaje para proteger el medioambiente y que, como consecuencia, podría ser un factor que afecta la salud de los seres humanos.
En el caso de Chile, este se encuentra entre los países que más desechos electrónicos produce. Según Fundación Chile, se proyecta para este año una generación de más de 200 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, lo que equivale a 11,6 kgs de chatarra electrónica por persona. De estos, solo un 3,4% se recolectan y tratan adecuadamente. Asimismo, la institución estima que para 2027 se generarán 14kgs de chatarra por habitante en el país y alertó que de no lograr un cambio, para ese año la cantidad de chatarra electrónica aumentará en un 46,5%.
“El Ministerio del Medio Ambiente publicó en 2020 un estudio que revela que solo 3,4% de los residuos tecnológicos son reciclados, lo que sólo equivale a 320 gramos por habitante. Las compañías son quienes más colaboran con esta proliferación de desechos de equipos ya que en muchos casos deben migrar a otro sistema operativo, pero no se enfocan en invertir en los dispositivos adecuados que tengan mayor tiempo de duración y vida útil”, comenta Leonardo Navarrete, gerente comercial de STG Chile.
Cambio de visión y estrategia sostenible
Las empresas son conscientes de que generan y acumulan desechos electrónicos, por ende, es relevante que la estrategia al momento de adquirir los equipos que ya no se usarán, cambie hacia la reutilización. Además de implementar programas de responsabilidad social empresarial en los que se pueda generar prácticas de economía circular.
“Son varias las compañías que implementan la economía circular de dispositivos que ya no utilizarán, brindándoles otro uso . Así, cuidamos el planeta, mientras fomentamos el desarrollo tecnológico en las empresas pequeñas, medianas y grandes de la región”, destaca Andrés Rincón, GMSS LATAM Portfolio Manager, Zebra Technologies LATAM.
El especialista ratifica que actualmente siguen siendo escasas las iniciativas de las compañías para reducir esta problemática mundial. En muchos casos, se tiende a justificar el desecho de equipos como una consecuencia colateral en el crecimiento y el mantenimiento en el tiempo, desconociendo las soluciones que ya existen para fomentar una economía circular.
“La clave aquí es adquirir equipos restaurados con el respaldo del fabricante. Esto garantiza que los mismos sean reparados con repuestos nuevos originales de fábrica, que se realice una renovación estética de los dispositivos y que, tanto en su exterior como en su interior, sean completamente funcionales para la optimización de las cadenas de suministro”, agrega Rincón.
Desafío para la logística
La creciente y exigente demanda de los clientes, hace que contar con equipos y dispositivos más inteligentes y modernos, dejando en desuso los antiguos. Sin embargo, capacitarse para dar valor y concientizar a la marca sobre el impacto que generan los desperdicios electrónicos es un desafío que debe ser atendido.
“Si nos ponemos a analizar el comportamiento de los clientes, es verdad que exigen métodos más rápidos para sus entregas, pero, además, están muy atentos a cómo las compañías colaboran en reducir el impacto al medioambiente. Esto no puede ser ignorado. Las empresas de logística que se enfoquen en esto serán las que contarán con mayor reputación y visibilidad, además de una alta fidelidad de sus clientes”, expresa Navarrete.
Ser más sustentables no es una tendencia, se trata de una necesidad global mundial que está alertando a la humanidad. Y aunque no es una situación que solo deben abordar las empresas, estas deben alinearse para reducir el impacto que ocasionan al medio ambiente. Si bien el mundo tecnológico da cada día pasos agigantados, preocuparse de la gestión de los desechos ya no puede ser evitado.