No es un secreto que la clave para las compañías es invertir en nuevas tecnologías que les permitan adaptar su negocio a la constante evolución que vive el mercado global, sin embargo, se necesita mucho más que eso.
En la actualidad, nos enfrentamos a una serie de desafíos externos como la inflación, reforma laboral, el incremento de los costes marítimos y aéreos, además de hábitos de consumo aún inestables que llevan a una disminución de la demanda, haciendo que la industria experimente con nuevos sistemas para incrementar la eficiencia y competitividad.
Aquí es donde entra el protagonismo de la automatización. Y al contrario de lo que muchos piensan, alcanzarla no se basa solo en invertir y habilitar nuevas tecnologías, sino también en cómo se adaptan al espacio del almacén y a sus flujos de trabajo.
Uno de los errores de las compañías, es que buscan un montón de sistemas para desarrollar su negocio sin tener el espacio adecuado y, pese a contar con presupuestos, la implementación no tiene el éxito esperado. Es por ello que la palabra automatización implica una serie de procesos y metodologías donde la tecnología entra a jugar al final, ya que es resultado de las mejoras.
Entonces, para comenzar el camino hacia la automatización, las empresas deben realizar una proyección de sus compras y luego, en base a ello, crear un análisis de datos, evaluar el comportamiento de ventas y despachos, el crecimiento, los productos y sus SKU, las unidades de medidas, espacios físicos, dónde están y dónde quieren llegar y posterior a eso, licitar una tecnología acorde al flujo que quieren definir.
Si bien hay compañías que buscan empezar con sistemas sencillos como WMS (sistema de gestión de almacenes), en el camino se dan cuenta de que no tienen grúas, transpaletas eléctricas, entre otros implementos, para que sea 100% efectivo. En ese sentido, integrar tecnologías de automatización no va a solucionar todo si no hay una buena base.
¿CÓMO ALCANZAR EL ÉXITO PASO A PASO?
El primer paso para encaminarse en el mundo de la automatización, es definir un presupuesto y asesorarse por especialistas que realicen un análisis de los datos, ya que sin ellos no hay precisión ni decisiones certeras. Asimismo, la información de ventas, despachos, metros cuadrados, tipo de productos, entre otros, permitirán definir cómo se desarrollarán con los años y su impacto en el mercado.
En consecuencia, debe existir un buen diseño en términos no solo de almacenamiento, sino también de transporte. Luego de eso, teniendo claro los flujos, buscar tecnologías que se adapten al negocio y su crecimiento, antes no tendría sentido. Tras realizar estos análisis, las empresas están preparadas para integrar nuevas innovaciones.
Ahora bien, ¿qué pasa si las compañías deciden no sumarse a la corriente tecnológica? La respuesta es sencilla y sentenciadora: dejarán de ser competitivas y finalmente desaparecerán. Hoy lo mínimo es contar con un buen sistema de WMS que les permita administrar todos los inventarios, recepción, despachos y el flujo logístico en general.
El ecommerce está creciendo, y si bien no están las proyecciones esperadas debido a la fluctuación de la economía, hay que estar preparados para el futuro, ya que la competencia aumenta cada día. Y esto no quiere decir que solo las grandes compañías puedan invertir en automatización.
Las empresas pueden ser pequeñas pero es clave la integración de sistemas que mejoren sus costos y niveles de inventario. Después pueden optar por tecnologías como el Voice Picking, robots, RFID (identificación por radiofrecuencia) e inteligencia artificial (IA). El foco de inversión debe ser imperativo para todas las compañías que quieran seguir posicionándose en el mercado en los próximos años. Quienes no tengan estas tecnologías y una correcta automatización, se irán a pérdida, ya que no serán sostenibles ni mucho menos competitivas en la satisfacción del cliente.
De hecho, este último aspecto es el principal impulsor de nuevas tecnologías, ya que la experiencia de compra es primordial. Principalmente porque hoy los consumidores se fijan en los ranking y valorizaciones de las compañías en cuanto a despachos, post venta, sistemas de pago, entre otros. Si el ecosistema no es bueno, optarán por otra empresa